martes, 17 de noviembre de 2015

Abandonar toda espectativa, salvo la de abandonar toda espectativa.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Nadie en absoluto.

¿Alguna vez has intentado escuchar lo que alguien te dice sin asentir o negar con la cabeza, sin decir absolutamente nada después de cada frase que te comparte, sin fruncir el ceño o levantar las cejas, sin sonreír ni torcer la boca, y tan sólo escuchar y observar? Si lo haces, seguramente lo primero que notarás es lo difícil que resulta no hacer nada más. Salvo excepciones, quien te esté hablando esperará alguna respuesta (del tipo que sea) por tu parte; posiblemente pensará que no le estás atendiendo y que sólo estas pensando en tus cosas, o que te resulta completamente indiferente su charla... Incluso quizá llegue a tener la extraña sensación de estar hablando sólo, como si no hubiese nadie ahí mirando su cara, ni escuchando lo que dice. Pero sin duda, la peor de las intuiciones, la más profunda y terriblede las sensaciones que podría llegar y sacudirlo de pies a cabeza, es la de no haber nadie en absoluto hablando ahí.

Decepción, satisfacción, aprovación...

Cuántas decepciones reconozco en las caras a mi alrededor, y en mi propio interior. No estamos aquí para contentar a nadie, no están ahí para satisfacernos; pero siempre andamos buscando y repartiendo aprovación. Dicen más de ti los breves silencios entre tus eternas charlas que tus banas palabras.

Pozo negro

Un pozo negro es mi boca; la abro para hablar y me trago el silencio.