Fieles

Leyendo a Toro Salvaje, me doy cuenta que yo no podría soportar un séquito de fieles seguidores que comentaran todo el tiempo en cada uno de mis escritos. Seguramente acabaría por quitar la opción que permite publicar comentarios a cualquiera que pase por aquí.
Me gusta este blog tal cual está, y descubrir de vez en cuando que algún visitante espontáneo ha dejado su impronta, como una moneda que refleja de repente la luz del sol, en el fondo de un pozo oscuro. Como encontrar a otro ser perdido en el desierto, que me ofrece un trago de su cantimplora, para poder seguir caminando solo, quién sabe por cuánto tiempo más.