miércoles, 7 de febrero de 2018

Una mano invisible

Una mano invisible me ha sacado de la cama a la fuerza.
Una mano invisible que aprieta y aprieta.
Cuánto me reía esta madrugada de su tutela,
ahora soy yo quien recoge lo que no siembra.
Me encuentro desubicado en el campo,
y hace un frío que hiela.
Una mano invisible, que me sujeta y sujeta.
La reconozco en los vallados que me rodean,
que dividen la tierra en parcelas,
y en las aves que escucho a mi alrededor
sobrevolando nuestra cotidiana miseria.