Cuántas decepciones reconozco en las caras a mi alrededor, y en mi propio interior. No estamos aquí para contentar a nadie, no están ahí para satisfacernos; pero siempre andamos buscando y repartiendo aprovación. Dicen más de ti los breves silencios entre tus eternas charlas que tus banas palabras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario