Ojalá que el monstruo irracional e insensible que albergamos en nuestro interior no conduzca las riendas de nuestras vidas. Ojalá nuestra monstruosidad nunca vuelva a sembrar la miseria a nuestro alrededor, y que la gente que nos rodea no tenga que enfrentarla jamás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario