viernes, 7 de abril de 2017

Bien

Mi vida ha sido un contínuo "liarla parda" tratando de hacer el bien.
Un viejo amigo me preguntó: "¿Porqué hay que hacer el bien?" A lo que yo contesté: "para aprender cómo no hay que hacer las cosas."
Las buenas acciones sólo generan un mayor perjuicio al mundo.
Por ejemplo, si no hubiesen tantos y tan buenos cirujanos desperdigados por el globo, muchísimas personas morirían cada día debido a enfermedades, accidentes laborales, sobredosis, etc. Sólo entonces, un radical y generalizado replanteamiento de nuestro estilo de vida sería inevitable.
Hacer el bien, en este sentido, supone un paso atrás. Supone no avanzar hacia un bien mayor. Supone estancarnos en el mal, y cronificarlo. ¡El bien es el mal personificado!

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